martes, 13 de septiembre de 2011

Perdue à Paris. Capítulo 2.


Al día siguiente decidió ir a ver el Barrio Latino. Tenía la fama de ser el barrio con más ambiente de París, donde vivían los estudiantes, estaba en la zona más céntrica...Fue allí, y lo primero que vio nada más salir del metro fue la fuente de Saint-Michel. Era algo imponente. Las había visto más grandes, como Cibeles o la de Trevi, pero esta no era peor. Dos grandes dragones custodiaban, escupiendo agua en lugar de fuego, a San Miguel. Aquel lugar, muy usado por los parisinos para quedar, destacaba, con el delicado sonido del agua, en medio del bullicio de los coches. Los dragones, firmes e imponentes, eran rígidos testigos y guardianes de aquella zona de París. Qué vida más tranquila y despreocupada, pensó.

Después de pasear tranquilo y despreocupado por el centro, cayó la noche rápidamente. Volvió a la fuente, quería verla de noche. Seguía tranquila, hermosa. Un buen número de parisinos se sentaban frente a ella. Amigables y tranquilos, charlaban, compartían cigarrillos, reían...Sena se acercó a la fuente, tocó el agua y sonrío. Acarició la piedra de la fuente. Por un momento, creyó ser el tercer dragón de la fuente. O san Miguel.
La noche envolvía el cielo de París. Las calles, los monumentos...adornados con imponentes luces, convertían a la capital gala en un lugar mágico e increíble.

Canción XXIII:Don McClean: Vincent

1 comentario:

  1. Que liiiiindo! No sabes lo que daria por estar ahi!
    Un beso gigante! te espero ♥
    http://gritandomuda.blogspot.com

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Merci beaucoup!