jueves, 15 de marzo de 2012

Atmósfera protectora

Nunca sabemos cómo actuar. Tenemos miedo a actuar, a pensar, a expresar de verdad quiénes y cómo somos, por miedo a represalias, a la opinión del resto, a quedarse excluido. Tenemos miedo a hacer lo que de verdad queremos hacer. Tenemos miedo a ser nosotros mismos.
En la adolescencia, cuando tu mundo se reduce a un grupo de personas, tienes que mirar con lupa qué dices, qué piensas y qué haces. Pasarlo mal o bien a veces puede depender de una acción o de una palabra, y a veces un error cuesta poco cometerlo pero mucho arreglarlo. Ese miedo que tenemos, que nos hace dudar incluso de nosotros mismos, nos hace aislarnos para evitar mayores daños, para evitar mayor exclusión, y entonces creamos como una especie de atmósfera protectora para aislarnos que se reduce a tres preceptos: ver, oír y callar. Te sientes alejado del resto, que los demás ríen y lo pasan bien, pero te callas para no decir algo a destiempo que te ridiculice. Y entonces llegas a tal punto que no te sientes bien ni contigo mismo, te desprecias por ser tan idiota por no saber qué cojones hacer o decir. Y cada día que pasa, lo llevas peor.
Esa atmósfera nos hace ser simples autómatas que ven, oyen y sienten, pero que ni actúan ni hablan. Y lo más curisoso de todo es que a veces hay que usarla con las personas que menos te lo esperabas.

Canción XXXII: Joy Division: Atmosphere

sábado, 21 de enero de 2012

Me gusta...


"Las cosas pequeñas son las que hacen la vida" he oído miles de veces. Tienen razón. Me gustan las cosas sencillas, las que de verdad hacen y completan mi existencia. Me gusta el olor a hierba fresca que hay en el campo después de que llueva. Me gusta mirar embobado las gotas de lluvia deslizarse por el cristal de mi ventana, hasta fusionarse con otras o desvanecerse. Me gusta el calor del radiador por las mañanas. Me gusta, cada vez que salgo y hace frío, echar una bocanada de vaho al aire. Me gusta perderme en paseos interminables por el campo y tumbarme a la sombra de un chopo a disfrutar de la tarde. Me gusta reflexionar en la ducha mientras el agua corre por mi cuerpo. Me gusta sentarme a la orilla del mar mientras el agua me moja pies y cuerpo. Me gusta quedarme en casa cuando fuera hace frío. Me gusta andar por la calle con los auriculares y que mis pasos vayan acompasados al ritmo de la música. Me gusta dormir la siesta en verano a la sombra de los pinos. Me gustan las frescas noches de verano y los agradables mediodías del invierno en mi ciudad. Me gusta leer en voz alta los poemas que escribo cuando estoy solo. Me gusta poner la música en alto y cantar como un poseso cuando no hay nadie en casa. Me gusta sonreír delante del espejo. Me gusta pensar que aunque crea que mi vida no marcha bien, algún día llegará mi momento. Me gusta inventarme historias sobre la gente que pasa. Me gusta ser quién soy, y qué demonios, me gusta la vida.

Canción XXXI:Harry Nilsson: Everybody's talking

domingo, 1 de enero de 2012

Tiempo


El 2011 acabó. Empieza el 2012. Surgen dudas sobre nuestro futuro, sobre qué hacemos con nuestras vidas, sobre qué haremos con ellas. Nos metemos en la ducha cada día y pensamos en el día que tuvimos, en que actuamos bien y mal. Nos acostamos con dudas latentes sobre nuestra existencia. Nos levantamos pensando en qué diablos vamos a emplear nuestro día. ¿Vamos a aprovecharlo? Pensamos en nosotros mismos, en las personas que nos rodean, entre sorbo y sorbo del café del desayuno. Perdemos el tiempo con alguna tontería, vemos algo en Internet que nos hace gracia, comemos y otra vez en la penumbra de la habitación, en la soledad de mi cuarto, observando la gente por la ventana, mientras pienso en todos mis errores estúpidos, en el sinsentido de mi manera de actuar, con frecuentes destellos de depresión, pasando a la euforia, seguido de la profunda tristeza a la dulce alegría, pienso en el brusco variar de mi humor, de mis actos, y me pregunto por qué todos avanzan y yo me quedo atrás. 
Quiero tener el privilegio de decir que soy completamente feliz y equilibrado, que soy yo mismo. Mi yo verdadero lleva encerrado dentro de mi hace tiempo, tiene miedo a salir. Quiero ser la persona que de verdad soy, no una versión de mi. Quiero mirarme al espejo y saber quién es el del otro lado.  Quiero que empiece mi verdadero momento.


Canción  XXX: Fleetwood Mac: Man of the world

martes, 27 de diciembre de 2011

Bye bye 2011

2011 se recordará por ser el año de la crisis, de los indignados, de la Primavera Árabe, del fallecimiento de Steve Jobs y Amy Winehouse entre otros, de las elecciones, etc etc...
Esto que acabo de describir pasará a los anales de la historia y será recordado en los libros, sin duda. Pero acontecimientos y tragedias apartes, el 2011 será un año que yo recordaré por muchos acontecimientos y personas que de verdad han animando mi año y que lo han hecho como uno de los mejores de mi vida, si no el más interesante. Es el año en el que he aprendido mejorar como persona, a escuchar a los demás, a intentar ser mejor cada día y a ser libre, sin atarme a nadie. Es el año en el que más me ha cundido mi afición a escribir, jamás había escrito tanta poesía, y yo siento, comparando mis escritos de antes con los de ahora, que he mejorado, y espero que esa mejoría algún día se vea recompensada con un libro mío en las tiendas(uno de mis sueños de toda la vida); también es el año en el que terminé mi primer año en este instituto, en el que soy completamente feliz; el año del mejor viaje de mi vida, en el que fui a París y que me permitió conocer, visitar y tratar gente y lugares nuevos; el año en el que comencé a tocar con mi grupo después de comprar con mi propio dinero mi primera batería, y finalmente, en el que di mi primer concierto, amén de otros acontecimientos personales(algunos muy recientes, créanme) que han hecho mi vida mejor y que me han terminado de alegrar el año.
A todas esas personas y acontecimientos que me han animado y ayudado este año, sinceramente, muchísimas gracias. Ojalá 2012 sea tan bueno o mejor.
¡Feliz año a todos!

Canción XXIX: John Lennon: Happy Christmas(War is over)


domingo, 13 de noviembre de 2011

Perdue à Paris. Capítulo 3.


"La nuit est arrivée" oyó decir a una familia. Levantó la vista al cielo, la noche cubría con un manto oscuro el firmamento parisino. La luna se asomaba junto a Nôtre Dame, se reflejaba en las aguas del Sena. Paseó por la Île de la Cité, hasta detenerse en una callejuela cercana a la catedral. Allí, un hombre barbudo y de mirada apenada tocaba el acordeón por unas monedas. No tocaba nada francés. Tocaba a Gardel. Se detuvo unos minutos para verle. Cuando se fue, se le oía tararear la melodía que escuchó. Le dieron hasta ganas de bailar una milonga en el Metro.
Pensó que ojalá viviese allí. Indefinidamente. Pensó también en aquella chica de ojos claros que conocía de su ciudad natal. Pensó que ojalá estuviese allí. Que ojalá la tuviese junto a él, para ver aquella ciudad, para perderse entre sus estrechas callejuelas, para ser el hombre que de verdad era. Pero ella no estaba. Ni siquiera sabía si se acordaría de él.

Canción XXVII:Carlos Gardel: Por una cabeza

domingo, 30 de octubre de 2011

Música, maestro.



(Espero, algún día, tener esta conversación con alguno de mis futuros hijos)
-Echo de menos aquellos días.
-¿Qué días?
-Aquellos días, cuando era un chaval, en los que me juntaba con tres amigos y formamos un grupo.
-¿Tus comienzos en la música?
-Sí, mis comienzos. Eramos  tres de cuarto de Secundaria, aunque uno había repetido curso, y otro de tercero. Tenía 16 años, 15 cuando comencé.
-¿Tan pronto?
-Sí. Eramos cuatro: un guitarra, el más joven; un pianista, en cuya casa tenía mi batería escondida...
-¿Tu batería escondida?
-Sí. Mis padres no me dejaron comprar una. Decían que no era una inversión rentable. Pero no hice caso. Me compré una de segunda mano de 80 euros. Y como iba diciendo, en casa del pianista tenía mi batería y allí ensayábamos; un bajista, el mayor de todos; y yo a la batería.
-Erais un grupo completo.
-Sí. Eramos cuatro chavales que tocábamos música por afición, que soñábamos triunfar, que versionábamos a los Rolling Stones, The Beatles y Jerry Lee Lewis. Cuatro amigos chalados, pero ¿sabes qué?
-¿Qué?
-Que para mí aquellos tres tíos con los que tocaba eran para mí los mejores músicos que he conocido. Obviamente no le llegaban a la suela del zapato a Lennon o Hendrix, pero estoy muy orgulloso de haberles conocido, al menos sus espaldas. Mereció la pena juntarse cuatro en una terraza a tocar un puñado de canciones.


Canción XXVI:Australian Blonde: Chup chup

jueves, 29 de septiembre de 2011

La soledad, según García Lorca


"La soledad es la gran talladora del espíritu" dijo en cierta ocasión el autor de Bodas de sangre. No sé por qué, pero el malogrado poeta granadino decía la verdad. No creo que él, amigo de Dalí, Neruda y Falla, entre otros, estuviera solo. Pero seguro que como poeta se sintió solo. Y desde luego, antes de que lo mataran.
Yo también soy poeta(ni mucho menos oso compararme con él). Y también me siento solo  a veces. Cuando escribo, me siento solo. Cuando me asalta la preocupación, me siento solo. En las noches de verano, esas noches frescas pero agradables, con el cielo iluminado por la luna, y con la brisa soplando, me siento solo. En las tardes ventosas de otoño, cuando las hojas caídas parece que rayan el suelo, me siento solo. En el frío del invierno, cuando voy a clase todavía de noche y abrigado hasta las cejas, me siento solo.
Visto así, parece que soy un antisocial, alguien que no quiere la compañía humana ni en pintura, pero eso es mentira. Adoro salir, tocar con mi grupo, conocer gente nueva. Pero como todos, necesitamos nuestro momento a solas con nosotros mismos. Porque, como dijo Federico, talla nuestro espíritu.


Canción XXIV: Miles Davis: Miles